Ahora ya algo cambiado por el empuje del turismo, un sitio con un encanto especial, al colorido espectacular del otoño aquí, se le une la belleza de unos pequeños pueblos.
Todo me llama la atención aunque también viva en un pueblo pequeño y conozca como era la vida del campo, la de nuestros padres, abuelos , bisabuelos y aquí por las condiciones, orografía y clima era mucho más dura todavía.
Si, pero se adaptaban y daban soluciones inteligentes, con los pocos recursos con los que contaban podían apañárselas.
Gusta cuando hablas con gente mayor, la que aún conserva la mula, cuida el huerto, sus cabras , gallinas y recoge lo que da la tierra, te cuentan lo rápido que ha cambiado todo, y cómo a ellos les gusta y siguen haciendo lo que hacían antes, ahora sin necesidad.
Critican esta vida consumista que llevamos con aire resignado y ven que la forma de ganarse la vida en su pueblo ha dado un giro bestial .Ya ningún joven cultiva nada, ni tiene animales , el turismo y los secaderos es la nueva forma de ganarse la vida.
Se han tenido que adaptar al bullicio, el tráfico el ruido, la fotos ....
Ha perdido algo de encanto para mi, pero siguen conservando la magia que me hace compartir mis visitas a este lugar.
Dejo algunas fotos de esta penúltima escapada.......
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