Para satisfacer su propósito, consultó con su amigo, este se limitó a regalarle un bolígrafo de madera, metido en una bolsa junto con las mismas virutas que salieron de su elaboración.
Un poco decepcionada no dio importancia al regalo, la mujer decidió escribir a todos sus amigos con ese mismo bolígrafo sin reparar en el, escribia solicitándoles un trozo de la anhelada madera.
Pensó que alguno tendría la bondad de enviársela. Así,comenzó a escribir cartas y cartas, durante varios días, siempre con el mismo ruego: “Por favor, enviadme madera de sabina”. Escribió una carta tras otra, pero no obtenía contestación, nunca era lo que ella esperaba.
Sin embargo un día, de súbito, mientras estaba ante el papel, percibió un aroma y pensativa olió el bolígrafo con el que tantas cartas escribiera, y de repente percibió el dulce perfume.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que siempre lo había tenido en sus manos.
Comprendió que el perfume le embriagaba y surgía del corazón de su amigo….. en su propio bolígrafo.
1 comentario:
Bonito cuento y hermosos boligrafos. Saludos!
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